El ‘home office’ se volvió la norma ante la aparición del COVID-19 en la mayoría de trabajos que pueden permitirse producir de forma remota.
Desde la aparición del coronavirus la vida que conocíamos se diluyó ante una pandemia que aún no parece tener fin. Cientos de países acataron cuarentenas rigurosas y millones de trabajadores se vieron obligados a parar sus labores de forma presencial y empezar a hacer solo trabajos de forma remota. Ahora ante la “nueva normalidad”, se ha redescubierto los beneficios del ‘home office’ o teletrabajo.
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Sin tiempo suficiente para adaptarse, miles de oficinas de todo el mundo debieron modificar su modus operandi y apostar por el trabajo remoto. “Muchos jefes tenían la creencia que, si los empleados trabajaban desde casa sin nadie que los supervisará, serían menos productivos y tendrían mayor oportunidad de matar el tiempo viendo series o tomando siestas. Sin embargo, los empleados han demostrado que el trabajar de manera remota sin afectar su productividad es posible”, comentó Kevin Gibson, CEO de Robert Walters en Latinoamérica a Entrepreneur
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Ante la duda, Robert Walters lanzó una investigación para saber más sobre cómo se han adaptado los empleados y las organizaciones para mantener la productividad ante los retos impuestos por la pandemia del nuevo coronavirus. De aquí se sabe que el 67% de los empleados aseguraron que su productividad se ha mantenido igual o ha aumentado desde que empezaron con el teletrabajo.
Esto se debe a ciertos factores que estaban normalizados en la sociedad. Desde el tiempo que invertimos en transportarnos a nuestras oficinas hasta los descansos, todo cambió y parece haber sido para mejora de varias compañías. Al menos tres factores aportaron al aumento de productividad:
1. Menos tiempo perdido en el camino
El estudio de Robert Walters revela que para el 80% de los trabajadores el principal factor que ha aumentado su productividad es el hecho de no tener que trasladarse al centro de labores. Ya que el tiempo que antes invertían en ir y venir de su oficina al domicilio ahora es empleado en trabajar y en tener un adecuado descanso.
“El COVID-19 ha sido un gran experimento para mostrar que la forma de trabajar requiere evolucionar y las empresas necesitan identificar qué políticas pueden implementar para adaptarse a las nuevas necesidades de los empleados”, señala Gibson.
2. Distractores cero
La preocupación principal de cada mañana dejó de ser “llegar temprano a la oficina” ahora se trata de estar a tiempo en la reunión de Zoom, empezar desde temprano a entregar avances de lo agendado, entre otras cosas. Los trabajadores están más enfocados en su propia labor y no en cumplir otras metas diferentes. Para 51% de los empleados, el tener menos distractores ha permitido que sean más productivos.
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Para que esto funcione adecuadamente es recomendable implementar un espacio para trabajar, como un escritorio y una silla de oficina para poder estar enfocados las 8 horas de la jornada. También es importante combinar esto con horarios personales y metas laborales que se puedan cumplir dentro de casa.
“Al trabajar desde casa, los empleados no sienten la presión de cumplir un horario de trabajo sólo por cumplirlo y se han reducido los tiempos muertos. No se trata de trabajar sin descanso, pero si de concentrarse más y que el tiempo que se destine al trabajo sea el indicado para cumplir con las tareas diarias,” añadió el CEO de Robert Walters en Latinoamérica.
3. Comodidad y flexibilidad para trabajar
Estar en casa ha sido sinónimo de reconexión familiar y reposición de energía. Ya que los trabajadores han podido dormir más, estar con sus seres queridos, dedicarse a ver detalles de su hogar, entre otras cosas.
La flexibilidad que ha brindado el teletrabajo incluso ha roto las barreras de los códigos de vestimenta apostando por mayor efectividad y contacto humano desde lo digital. Ya no es una prioridad del trabajador vigilar su vestimenta o uniforme, sino que se sobrepone a ello la efectividad.
Según el estudio, al menos el 64% declaró que la flexibilidad de horarios ha sido un factor importante para el aumento de su productividad. Ya que los trabajadores estarían más enfocados en lograr metas antes que horarios, salvo que el horario fuese parte del objetivo principal en su labor, tal y como sucede en el sector educación.
“El contar con políticas de trabajo flexibles permitirá retener a los empleados y aumentar su motivación. En el mercado laboral, también será una herramienta para atraer al mejor talento”, recomienda Gibson.
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